Pre-ordenado

Con este poema marqué los títulos de un par de poemas ya escritos, y fue mi aporte de voluntad para no parar hasta conseguir los poemas que siempre quise escribir, desde antes de cumplir los catorce años. Dos años y medio después, los conseguí a todos.

Pero mientras tanto, vean el prólogo de mi primera historia (y no la última):

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Los Seis Elementos

Fuego, Agua, Viento y Tierra, yo los invoco,

Luz y Oscuridad, fórmense. Llamo a los seis elementos,

La Llamarada Interior y la Sagrada Fragilidad,

El Equilibrio y La Infantil Velocidad,

El Amor y La Paz, la Furia y el Odio,

Vengan a destruir el caos que acecha este mundo.

Fuego, fuego, caliéntanos con tu abrasadora onda,

No nos dejes helados aquí, no nos dejes pálidos.

Defiéndenos y golpea a nuestros enemigos,

Porque esa es tu cualidad,

Llamarada Interior.

Agua, agua, satisfácenos y saca nuestra sed,

Ataca cuando te enojes, con tsunamis y granizos

Crecidas y torbellinos, traiciónalos y libérate.

Llora si tienes pena, llora si te hace bien,

Pero no dejes de llorar, necesito tu lluvia,

Sagrada Fragilidad.

Tierra, Tierra, crece y madura, no nos faltes,

Fuerza mental, resistente como roca,

Naturaleza, plantas y animales, te necesitamos,

Equilibrio, balanza del bien, balanza del mal,

No te distraigas, mantente fuerte, con una furia mediata,

Un Lento Trance.

Viento, Viento, diviértenos con tus juegos y nubes,

Corre, devastador poder, veloz catástrofe,

Derriba a tus enemigos, electrifica a los contrincantes,

Aprovecha esa libertad con la que naciste

Y vuela como las aves, hacia tu hogar,

Infancia, Libertad Y Vientos.

Luz, Luz, ilumina nuestro camino,

Ciega a los malvados, muéstranos el amor,

Enséñanos a amar, perdona nuestros errores,

Danos la paz y acaba con las guerras

Y que los iluminados algún día bajen,

Ángeles y Arcángeles.

Oscuridad, Oscuridad, siempre te tendremos,

Y nos ayudarás, pero con un precio,

Venganza, la que disfrutamos pero no queremos,

Poder espeluznante, pero útil, rencoroso y sin miedos,

La Oscura Furia del Alma.

Equilíbrense, no nos dejen,

Porque sin madurez no hay infancia,

Sin Tierra no hay Viento,

Porque sin energía no hay tranquilidad,

Sin Fuego no hay Agua,

Porque sin mal no hay bien,

Sin Luz no hay Oscuridad,

Porque los necesitamos,

Sin elementos no hay vida.

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Prólogo de una cadena inmortal. Porque siempre va a estar lo que aquí no se nombra, y el Séptimo Elemento, desaparecido ahora, volverá para nuestro fin y nuestra vuelta una, otra y otra vez. El espacio y, más importante aún, el tiempo son infinitos. El Séptimo Elemento estuvo antes. No existe la Nada.